martes, 5 de febrero de 2013

Cánovas, el sufragio universal y las mujeres

Como estaréis estudiando para el examen, os dejo un texto diferente a los que hemos trabajado en clase: un discurso de Cánovas en las Cortes, en los meses en que se estaba discutiendo la Constitución de 1876. Atención a los argumentos para oponerse al sufragio universal.

  "¿Es el sufragio universal la soberanía? Y ¿por qué? En primer lugar, el llamado sufragio universal, ¿es realmente universal? ¿Lo ha sido hasta ahora en país alguno?
     No hace mucho tiempo he visto, en un libro publicado hace poco, algo que deben meditar los partidarios del sufragio universal. Allí, en los Estados Unidos, ha llegado también, a mi juicio sin ventaja para aquel gran país, la idea democrática francesa, que tan tristes resultados ha dado en España, y que tan elocuentes representantes tiene en este sitio; y allí se ha empezado también a predicar, como dogma, que el derecho al sufragio forma parte integrante de la personalidad humana.
     Esto se explicó; y no lo había de oír únicamente los hombres mayores de veinticinco años; porque esta doctrina no llevaba consigo la condición de que no fuera leída y discutida por personas que no fuesen varones mayores de veinticinco o veintiún años, que para el caso es lo mismo; y con efecto, la leyeron las mujeres de los Estados Unidos, y cuando vieron que el derecho de sufragio era inherente a la personalidad humana, tan sólo en virtud de la posesión de una conciencia, dijeron, y dijeron con razón: «Pues qué, ¿no tenemos nosotras conciencia? ¿No somos nosotras personas? ¿Somos cosas, por ventura? ¿Con qué derecho, si éste es atributo propio de la personalidad humana, no se extiende también hasta nosotras?»
     Y verdaderamente, si es un principio inherente a la personalidad humana, ¿por qué no ha de ser extensivo a la mujer, cuando esté en condiciones de independencia civil? ¿Acaso el sexo niega alguno de los derechos que son realmente atributos de la personalidad humana? ¿Cómo lo ha de negar? Sería la mayor de las iniquidades semejante negativa; y no creo que quien tan galantemente como el señor Sagasta, se ha expresado esta tarde, ni quien tan bellos discursos tiene hechos en defensa de la mujer, como otro orador de esta Cámara, sean de una opinión semejante. (Bravo, bien.)
     No; no es el derecho a ejercer el sufragio, atributo de la personalidad humana; si lo fuera habría que concedérselo inevitablemente a la mujer, porque el negárselo sería mucha mayor iniquidad que la que verían los demócratas en que se negara a los que no pagan ninguna contribución, ni tienen instrucción alguna; porque hay un abismo entre consentir que se ocupe de los negocios públicos y del bien del país, una mujer ilustrada y culta, y consentir que lo haga cualquier ignorante que, por su desgracia, y no por otra causa, se ocupa oscuramente en cultivar los campos."

Fuente: Discursos de Antonio Cánovas del Castillo; estudio de Diego López Garrido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario